En el marco de la campaña para contribuir a la eliminación de la violencia contra las mujeres, el Servicio Central de Inclusión y Bienestar Universitario (SCIBU), con el apoyo de la Comisión Abierta de Equidad y Género (CAEG) y la Comisión de Género del Instituto Superior de Educación Física (ISEF) llevó a cabo una acción de sensibilización a través de una intervención de teatro invisible en los talleres de voleibol social mixto del SCIBU que se desarrollan los sábados en el gimnasio del ISEF.
La finalidad de esta propuesta es hacer visible la problemática entre la comunidad Udelar y provocar su sensibilización y reflexión.
En el año 2019, el SCIBU generó una escena de teatro invisible (donde el público no identifica a los actores y actrices como tales) abordando la temática de violencia en el noviazgo en el edificio del Comedor Universitario n° 2. En función de este antecedente, un grupo de trabajo inter programático del Servicio, planteó replicar la experiencia en el taller de vóleibol.
El sábado 4 de diciembre, participaron de la escena de teatro invisible cuatro integrantes del Taller de teatro del SCIBU que se camuflaron entre el público habitual del taller de voleibol.
La intervención dio inicio cuando el docente de Voleibol le hizo un comentario a una tallerista de teatro camuflada relacionado a su vestimenta utilizada para realizar deporte. La tallerista le respondió con una pregunta sobre qué quiso decir con dicha expresión, demostrando su incomodidad y molestia por la referencia a su vestimenta.
Posteriormente, otros y otras talleristas continuaban la intervención con roles diferenciados: un cómplice que respaldaba el “piropo” del docente; una mujer que le indicaba que vino muy provocativa y un varón que respaldaba a la víctima.
Una vez finalizada la intervención de teatro invisible, el docente habilitó el ingreso del equipo organizador, que aguardaba y escuchaba con atención, a fin de generar un espacio de reflexión y debate.

“Visibilizar los actos de violencia”

Natalia Guidobono, representante de la CAEG, enfatizó que en esta intervención hubo una compañera que se sintió agredida. “Es un ejemplo de situaciones que hemos vivido las mujeres por las formas de vestirnos, no solo en el ámbito del deporte sino también en otros espacios, como la calle, el trabajo o los lugares de estudio.” Advirtió que no suele suceder este tipo de conductas violentas de mujeres que comenten sobre cómo andan vestidos los hombres.
El docente del taller de Vóleibol, Alfonso Gutiérrez, indicó que la intervención teatral realizada generó incomodidad en algunas de las personas presentes y enfatizó que hubo casos de participantes del taller que tuvieron una respuesta rápida, mientras que otras personas se preguntaban qué estaba sucediendo.
Aclaró que dicha representación teatral buscó visibilizar esas formas de violencia que la sociedad suele pasar por alto sin tener en cuenta sus afectaciones. Recalcó que es importante el rol de quien está observando la situación, que contribuya a detener esa acción de violencia.
María Lebboroni, de la Comisión de Género del ISEF, aclaró que se busca que estas conductas sean visibilizadas como actos de violencia.
Informó que la Udelar trabaja en sensibilizar y visibilizar sobre estas acciones de violencia de género, y que la institución cuenta con una ordenanza que prevé un espacio para la denuncia de estas situaciones que pueden suceder en cualquier espacio universitario.
“Tenemos mucho para trabajar en el tema. Comenzando por dejar de apoyar o consentir estas “bromas” o “piropos”, indicó.
Sobre la intervención en el gimnasio del ISEF, Guidobono destacó que la misma reprodujo una situación que perfectamente podría darse en la Udelar, donde un docente, con un mayor poder por sobre el estudiantado, puede creerse con derecho a opinar sobre la vestimenta de una persona. Dijo que muchas veces cuesta observar a ese docente de que su conducta fue incorrecta. Sugirió recurrir a la estrategia de preguntarle a la persona que violenta, por qué procede de esa forma y animarse a decirle que no, cuando no corresponda.

“Las mujeres sufrimos cotidianamente el acoso callejero”

Luego del intercambio grupal algunas personas se acercaron al grupo de referencia de la CAEG y el SCIBU, para transmitir cómo se habían sentido cuando presenciaron la intervención de teatro.
Victoria es estudiante del ISEF y hace varios años que participa de las actividades de voleibol social mixto.
“Estaba charlando con mi hermana, y cuando me dí cuenta, empezaban a hablar de la ropa de la compañera, y respondí inmediatamente que no podía ser que en pleno siglo XXI, estén pasando estas cosas, de criticar de cómo viene vestida. Cuando asisto a clases en el ISEF mis compañeras vienen vestidas de short y top y ningún profesor le dice nada ni le hacen ningún comentario de que la ropa es inapropiada”, comentó.
Aclaró que sí hay determinadas condiciones para la vestimenta en otros espacios educativos “En algunos liceos donde hago práctica, no nos permiten concurrir de calzas y musculosas. Son cosas que siguen pasando y que deberían de cambiar”, se lamentó.
Victoria resaltó que las mujeres periódicamente experimentan el acoso callejero. “Salimos a la calle y nos chistan, te tocan bocina. Ayer, me vestí y maquillé para salir y decidí tomarme un ómnibus de más para no transitar por la calle y evitar esas situaciones incómodas que nos pasan a todas”, indicó.
Entiende que toda acción que se haga para contribuir a eliminar la violencia de género ayuda. Consideró que la política de prevención y sensibilización debería extenderse a otros espacios educativos, como en las escuelas. Aclaró que esta problemática tiene un origen cultural, que se reproduce en las propias familias, “cuando nuestros padres critican a las mujeres por cómo están vestidas.”
En tanto, Alejandro, comenzó a estudiar en la Facultad de Ingeniería este año. Era la primera vez que participaba de los talleres de voleibol mixto de la Udelar. “Quedé medio shockeado por la pregunta que le hizo el profesor a nuestra compañera. Pensé que tenía confianza con ella, porque no conocía a ninguno de los dos. Cuando vi que la reacción de ella no fue buena, pensé que el docente estaba medio sacado. Con mis amigas y amigos no hablamos de qué ropa lleva puesta cada persona”, indicó.

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